La rebusca
Para mi, viajar en bus se ha vuelto rutinario, pero también muy interesante a la vez. Todos los días se suben, además de los usuarios, vendedores ambulantes que venden desde agua, dulces, papas fritas, hasta cortaúñas. Además se suben ex drogadictos en proceso de regeneración, buscando fondos para la casa que los atiende. Algunos vagos se piden para subir y, otros más, a robar. Usualmente también se suben parejas de payasos callejeros que, entre bromas chuscas y léperas, buscan limosna para su sustento diario.
Ayer, viniendo de Santa Tecla hacia San Salvador, se subió en el bus en que venía, un solo payaso. Inició su rutina diciendo varias tonterías. Al principio me molestó, pero, pensé, ni modo, tiene derecho a ganarse la vida, al igual que todos nosotros. Y si lo hace de esa forma, la culpa no la tiene ni él ni yo. Para su buena fortuna, pasamos por la Feria Internacional. En su costado había una fila de personas esperando entrar al concierto de Ricky Martin. El payaso comparó los $120.00 dólares de la entrada al concierto (mencionando que eso era lo que ganaban los que iban en el bus, para rematar), con la función “de choto” que él les iba a dar.
Con esa observación, el ambiente dentro del bus cambió para el payaso. Éste comenzó a decir tonterías. La gente, más relajada por la observación, reía a cada leperada que decía. Al final, pidió la “colaboración” de siempre, unas monedas para su sustento. “Trabajo de payaso, para no robar”, concluía a cada momento. Recogió no menos de $5.00 en ese bus. Yo mismo le di un par de monedas, a pesar de que no es mi costumbre.
No sé si fue Ricky Martin quien le dio la suerte. Pero, de parte del payaso, ¡Gracias Ricky!
(1) De choto es una expresión típica salvadoreña. Quiere decir Gratis. Su origen parece arrancar de las primeras ferias, en las que se probaban gratis las ruedas, antes de comenzar a cobrar, para asegurarse de que no había peligro en su instalación. Choto era el apellido del dueño de los carruseles.
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