Thursday, October 13, 2005


La Perfección

Plutarco menciona que los sacerdotes del imperio romano eran muy perfeccionistas, llegando uno de ellos a repetir 56 veces una ceremonia por fallar en los detalles de los rituales. Hasta que le salió a la perfección. El propósito de adorar o alabar a sus dioses, llevaron al ritual romano a procedimientos rigurosos que han heredado las culturas posteriores.

También sucede lo mismo con otras culturas. Por ejemplo, en el Japón, la fabricación de la Katana o espada japonesa tenía un proceso de fabricación bastante meticuloso. El arte de fabricar la espada se logró hace unos 1200 años. Y es que una espada samurai es una obra de arte.

Se dice que la espada que utilizó el antiguo rey Ricardo Corazón de León, de Inglaterra, era capaz de cortar de tajo un hierro de unas dos pulgadas de diámetro. Mientras, la espada de Saladino, podía cortar una tela de seda cayendo lentamente sobre el filo de dicha arma. La espada de un samurai, en cambio, podía fácilmente hacer ambas cosas y mucho más.

El acero de la hoja se calienta, se dobla y se golpea, una y otra vez, hasta formar una hoja de 32, 768 capas, forjadas una sobre otra. Cada capa es extremedamente pequeña y están hechas con un tratamiento de calor estandarizado.

Lo interesante es que este grado de perfección, tanto de los sacerdotes romanos, como de los artesanos japoneses, se alcanzó antes de que existieran teorias y aplicaciones sobre el control de calidad.

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