Interrogantes en torno al Desarrollo, a la Sostenibilidad y al Progreso.

Deberíamos preguntarnos, en cualquier momento, ¿cuál es el objeto de la vida? Y no como pregunta retórica, ni como una pregunta cursi, que solo pretende sacar conclusiones morales. Deberíamos hacernos esta pregunta de una forma práctica. ¿Para que vivimos?, para qué trabajamos?, para qué nos esforzamos en producir?

Creo que ya hay muchos que se han hecho estas preguntas y se habrán contestado en muchas ocasiones y de diferentes formas. Pero ahora, las preguntas que me hago tienen la urgencia que yo, en lo personal, también tengo. Tienen la urgencia de una persona que quiere darle sentido a las tragedias, a los éxitos, a la rutina y a toda la gama de experiencias diarias de nuestras vidas. ¿Para qué?

Estamos delante de una crisis energética y existen guerras en torno a los manantiales de petroléo. Hay una crisis económica, no desligada a la primera, y que también tiñen las guerras de estos días. Hay crisis de valores, ligadas a la subsistencia diaria de las grandes masas, en las grandes mayorías. Así mismo, también hay crisis alimentarias en todo el planeta, incluyendo en algunos de los países más ricos del mundo. Esto, como dicen alguno, no tiene sentido.

Creo que es tiempo de meditar profundamente hacia donde vamos y cómo vamos. Lo importante es entender qué estamos haciendo y hacia donde nos dirigimos con nuestras acciones. A corto plazo puede ser que no nos afecten más que a nosotros mismos. Pero a largo plazo, todos vamos a estar en problemas.